Caca mental que encontré en los confines del tiempo-espacio de mi computador. y es aplicable hasta el hartazgo en mi situación actual.
28/11/07
A veces me gustaría ver todo desde arriba. El saberme capaz de manipular correctamente lo que viene, al poder pensar con anticipación la posible reacción a una variante que se acerca.
Pero no se puede. Y a veces, sólo a veces, tengo miedo de no ser capaz de lograrlo. De no poder salir relativamente airosa de una situación. De no poder levantar el pie ante una piedra a la que vamos directamente, y lo peor, que la vemos venir, y no podemos esquivar.
Y entonces tropezamos. Caemos, y ahí se hace presente la fuerza de gravedad, sólo en ese momento te das cuenta de que siempre habías sido vulnerable a caer, y que simplemente no te diste cuenta de ello. O mejor dicho, no quisiste darte cuenta de ello.
Y ni siquiera lo digo por una situación en especial. Sólo... es así.
Pero si tenemos suerte, algo te saca de esa situación. Algo te impide caer. Algo evita que el golpe se te marque en el cuerpo.
Me siento inexplicablemente vulnerable. Me siento... sola.
Sí, sola. Sola, rodeada de amigos, de familia, de un pololo que me ama y al que yo amo, más de lo que pensé que podía amar a alguien (NOT ANYMORE). Pero cuando estoy en mi pieza, rodeada de mis cuadernos de croquis, mis posters sin colgar y un relativo desorden que no viene al cuento... Cuando no deseo un último beso antes de dormir... Cuando no pienso en nada en especial, y simplemente existo... me siento sola. Como el último ser del planeta.
Y me aterra la idea.
Pero luego viene el sueño, que me vence el cuerpo, y al fin le puedo dar descanso a mi mente. Y después se viene otro día, lleno de ajetreos y cosas por hacer. Y otra vez viene la preocupación de que cada vez se me olvidan más rápido las cosas, cada vez me acuerdo menos de lo que hice el día de ayer.
No sé...
Es una vida tan asquerosamente simple que es complicada. Pero la amo. Y no la cambiaría por absolutamente nada.
Ni yo me entiendo a veces.